24 Feb
24Feb

La aventura comienza con el hospedaje en este hotel con olor a museo y a toda la antigüedad que despide la morada donde se hospedaron Porfirio Díaz, Francisco I. Madero y Benito Juárez. Pues si bien hay muchos edificios históricos que cuentan su propia historia este es el más antiguo de Guadalajara y data desde el año de 1610. 

Al llegar todo comenzó con la asignación de nuestra habitación que era súper antigua donde el caminar por las duelas que se conservan desde hace cientos de años no tardaron en gimotear las pisadas y no se diga del elevador es toda una aventura sentir los cables como si alguien los estuviera jalando desde arriba, sin embargo la habitación guardaba algunas sorpresas sus ventanales ya saben obviamente estilo francés de maderos altos con un pequeño balcón de hierro forjado así como llamando a recibir el alba desde muy temprano.

Y no les dejare mentir pero mi esposa esta de testigo fiel que cuando me senté en la cama el polvo se manifestó como un esperpento dejándose reflejar por los rayos del sol que entraba desde el balcón como si fuera parte de la temática de la estancia, algo efímero pero me tenía fascinado y no pude resistir la risotada frente al botones, me preguntaba si en esta habitación estuvo el general Don Porfirio Díaz solo que al verle la cara de mi esposa así como cuando uno cruza los brazos me volvió a la realidad y es que se habían equivocado de habitación –Disculpe Sr. Pero nosotros pedimos una suite- Inmediatamente lo corroboraron y nos hicieron el cambio

Así es que de nuevo tomamos el elevador hasta la terraza, la suite contaba con jacuzzi y unas vistas muy hermosas donde se podían apreciar la catedral y el Teatro Degollado, con el zoom de mi cámara alcanzaba ver el expiatorio, este hotel me parece una belleza arquitectónica colonial y de verdad te transporta al pasado solo que en aquel entonces únicamente podían hospedarse gente muy importante y acaudalada.

@LetrasGraficas, Arnulfo García.

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